Cuatro jóvenes de Asociación Desarrollo finalizan el Proyecto “FormaTEA”, una formación en reutilización, reciclaje y sostenibilidad ambiental. Esta iniciativa comenzaba el pasado mes de febrero y llegó a su fin hace unos días, promovida por la Fundación ONCE y el Fondo Social Europeo, como parte del programa “Uno a Uno” y de las ayudas económicas destinadas al Refuerzo de la Empleabilidad de Personas Jóvenes con Discapacidad.
El proyecto “FormaTEA” ha contado con una parte inicial de formación teórica y una segunda parte de formación práctica en empresa.
Formación para el acceso al mundo laboral
Nuestros chicos asistieron a un total de 160 horas, entre los meses de febrero y abril, de clases teóricas en las que recibieron formación acerca de las habilidades y de las destrezas necesarias para poder llevar a cabo las tareas de reutilización, reciclaje y sostenibilidad medioambiental.
Tras la teoría, vino el momento de poner en práctica los conocimientos adquiridos.
Entre abril y junio, los cuatro jóvenes han realizado un total de 100 horas en un puesto de trabajo con la organización El Llanero Solidario, empresa que se encarga de poner en marcha iniciativas destinadas a dar oportunidades a las personas con dificultades para incorporarse a la vida laboral, pero siempre poniendo el foco en el desarrollo sostenible y en el cuidado por el medio ambiente.
¿Dónde han estado nuestros chicos desarrollando las labores aprendidas durante los meses previos a sus prácticas laborales? Pues han desarrollado tareas de almacén y en un huerto ecológico, además de ser partícipes en diferentes proyectos que El Llanero Solidario ha estado llevando a cabo durante estos meses.
“Ellos están buscando su primera oportunidad”
Daniel Azaña, responsable de la formación en el puesto de trabajo de El Llanero Solidario, destaca de los jóvenes de la Asociación Desarrollo su “curiosidad infinita” y que todos ellos han estado “encantados de conocer, aprender, descubrir y de practicar. Han sido unos chicos muy aplicados, con habilidades muy diferentes y con mucha capacidad para poder desarrollar cada uno su puesto de trabajo”.
Azaña no era la primera vez que trabajaba con personas que presentan TEA, aunque ésta sí ha sido la primera vez que ha pasado tanto tiempo con ellos y con prácticas profesionales. “Desde el primer taller que hice con los chicos de la Asociación Desarrollo pude comprobar las muchas diferencias que hay entre unos y otros y entendí el concepto tan general del espectro autista, sus circunstancias y su realidad tan variable”. A lo largo de estas horas de prácticas, Daniel explica que lo que ha pretendido es que los cuatro jóvenes se “convirtieran ellos mismos en embajadores del cambio medioambiental, primero en su ámbito más cercano, con sus familias y en la asociación. Ellos son conscientes de los daños que hacemos al medio ambiente y son personas tan válidas como cualquiera para promover dicho cambio”.
Con respecto a la empleabilidad de los jóvenes que presentan TEA, Daniel es rotundo. “Tras estas horas y estos meses, los chicos se van con una formación muy potente en este campo”, y recalca lo mucho que “les encanta la parte práctica”. Pero, sobre todo, recordar que “todo el mundo merece todas las oportunidades que desee tener en la vida. Ellos están buscando su primera oportunidad”.
Javier Rodríguez, uno de nuestros chicos participantes en el Proyecto “FormaTEA”, cuenta que este curso le ha “ayudado a conocer gente nueva” y que “la relación con los compañeros ha sido perfecta”. De todo lo desarrollado a lo largo de estos meses,, lo que más le ha interesado ha sido “conocer los distintos contenedores para reciclar y las prácticas en El Llanero Solidario”. Además, se lleva la satisfacción del trabajo acabado: “voy a poder ampliar mi currículum gracias a esta formación”.
Por otro lado, Raquel Villalba, educadora social, y Beatriz Rosa, psicóloga, ambas de Asociación Desarrollo, fueron las encargadas de adaptar los contenidos de la fase de la formación teórica, empleando para ello una metodología adecuada para favorecer el aprendizaje de las personas que presentan TEA en el aula. Ambas están de acuerdo en que “FormaTEA ha favorecido la inclusión social y laboral en un contexto real de trabajo de cuatro jóvenes con TEA, visibilizando al colectivo y mostrando sus cualidades y capacidades, siendo así una gran oportunidad de desarrollo personal y profesional para ellos”.
Una vez que el proyecto ha llegado a su fin, el balance de los formadores y de los chicos ha sido muy positivo. Desde la propia Asociación Desarrollo somos conscientes de los beneficios que se llevan nuestros chicos tras participar en proyectos de este tipo, que les dan alas para poder dar sus primeros pasos en el mundo laboral.
