¿QUÉ ES EL TEA?

El TEA o Trastorno del Espectro del Autismo hace referencia a un conjunto de trastornos del desarrollo, de origen neurobiológico, que se manifiestan en los tres primeros años de vida y que perduran a lo largo de todo el ciclo vital.

Las personas con TEA presentan dificultades en la capacidad comunicativa y en la interacción social, aunque se manifiesta de forma heterogénea y de forma distinta a lo largo de la vida de una misma persona.

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TEA

TRASTORNO DEL ESPECTRO DEL AUTISMO

Los TEA tienen un origen neurobiológico y, a pesar de las investigaciones llevadas a cabo hasta el momento, se desconocen los genes que están implicados en este tipo de trastornos. Según los últimos informes sobre Autismo en España, en la actualidad el TEA afecta a más de 450.000 personas en nuestro país, con una prevalencia de 1 de cada 100 nacimientos.

El TEA acompaña a la persona a lo largo de toda su vida, pero sus manifestaciones y necesidades son muy heterogéneas y conviene tratar cada caso de manera individual.

En ocasiones, las personas afectadas por TEA no son capaces de responder a las exigencias de la vida cotidiana y, en muchos casos, las familias tampoco saben cómo encontrar una solución. Por ello, el TEA requiere un abordaje integral de las necesidades de cada persona, para orientar los apoyos y actividades en esa dirección.

El Trastorno del Espectro del Autismo es una discapacidad invisible, ya que no lleva asociado ningún rasgo en la apariencia externa de la persona y sólo se manifiesta a nivel de comportamientos.

¿QUÉ ES EL TEA?

No existe una sola causa qué explique la aparición del TEA, sino que más bien se trata de una etiología multifactorial que no guarda relación con las pautas educativas de los padres.

Probablemente puedan existir otros factores ambientales que influyen en el desarrollo, sin embargo ninguna investigación ha sido capaz de determinarlos todavía.

Aunque los TEA aparezcan desde el nacimiento, no es hasta los 18-24 meses cuando se pueden detectar para observar todos los síntomas. Estos se hacen patentes en aspectos esenciales de la vida cotidiana como la comunicación (compresión del lenguaje, ausencia de respuesta, ausencia del uso de gestos, etc.), o  la socialización (respuestas limitadas a otras personas, ausencia de imitación, falta de interés por compartir intereses, etc.).

El diagnóstico de TEA debe ser realizado por profesionales especializados, que establezcan un programa adecuado de apoyos individualizados adaptado a las necesidades concretas de la persona.

Según los últimos estudios epidemiológicos, el TEA aparece en 1 de cada 100  niños y niñas en etapa educativa. En cuanto a personas con TEA en etapa adulta, todavía no se manejan datos estadísticos.

Los TEA no tienen cura, sin embargo a raíz de una detección precoz y una atención temprana se puede mejorar notablemente su desarrollo para mejorar la calidad de vida de la persona y de la familia.

Los tratamientos de Trastorno del Espectro del Autismo tienen que ser individualizados y estructurados, y además deben incluir a la familia de la persona con TEA, tanto en la detección de necesidades como en el desarrollo de habilidades. 

Este tipo de tratamientos de apoyo e intervención van siempre orientados al desarrollo de las habilidades comunicativas y sociales en la etapa educativa, mientras que en la etapa adulta los tratamientos están más dirigidos hacia la vida independiente, el empleo y las actividades ocupacionales.

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